RELIGIÓN Y VIDA
- Maceubalím
- 24 ago 2016
- 1 Min. de lectura
No todos los días se tiene la oportunidad de mantener una conversación con personas de diferentes religiones. El campo de trabajo sabe la importancia de ello y nos brindó la oportunidad de hacerlo.
Tres personas con ideales muy diferentes, hindú, cristiano y musulmana. Sí, ésta última, era una chica jovencísima musulmana. No puedo negar que me llamó especialmente la atención. Su actitud segura de sí misma, defendiendo su religión a capa y espada, a pesar de nuestras preguntas incesantes.
Aprendimos mucho del intercambio de opiniones de unos a otros. Por encima de todo, la tolerancia y el respeto como secreto de convivencia. Algo que desgraciadamente no en todas las comunidades autónomas pasa, dónde el mestizaje, por ejemplo, brilla por su ausencia. Aquí en Ceuta, un chico musulmán puede estar casado con una chica cristiana o viceversa. Algo que resulta muy natural.
Del ratito que pudimos charlar, uno llega a la conclusión de que Ceuta es abierta, liberal y rica en sus gentes. ¡Bendita multiculturalidad!

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